lunes, 3 de mayo de 2010

Mi amiga; la puta


 


 

    Las historias siempre comienzan con "había una vez" y siempre terminan en "Y vivieron felices por siempre". ¡Pamplinas! La vida real se basa en pasar trabajo para obtener lo que quieres y de esa manera sobrevivir esta vida que nos oprime. En la vida real no existen zapatos de cristal (¿Quien podría caminar con ellos?) ni príncipes que van casa por casa buscando a la doncella de sus sueños para convertirla en una princesa. No existen sapos que al besarlos se conviertan en príncipes con dinero que nos prometen villas y castillas. No, eso no existe en mi mundo y mucho menos ahora que tengo que trabajar.

    Vivo en un departamento pequeño en un segundo piso de una farmacia con mi amiga Gabriela. Gabriela trabaja en la farmacia y siempre consigue los productos que utilizamos más baratos gracia a su descuento de empleado. Yo al contrario estudio mi bachillerato en Justicia Criminal y aspiro ser una abogada de gran nombre, eso si logro terminar. Con el part – time que tengo en la gasolinera no logro pensar bien en mis estudios. Mi amiga y yo nos ayudamos en todo y prácticamente pueden decir que somos hermanas, nos criamos juntas y pasamos el mayor tiempo trazando metas para ambas. Ella es buena pero tiene un problema, es demasiada coqueta y podemos decir que ya se ha creado su propia reputación. Todo el mundo la ama porque ella es ligera al sonreír, coqueta al caminar y sencilla de dominar o por lo menos así piensan los hombres y aquellos que la observan. Pero yo la conozco, no es tan fácil como creen y solo ella tiene la capacidad de lograr obtener de un hombre justamente lo que quiere sin tener remordimientos. Ella encuentra el amor en muchos brazos y con mucha facilidad mientras yo me quedo sentada sin poder lograr tan siquiera sonreírle a un extraño. No puedo lograr lo que ella sin esfuerzo hace. Ella hace que la amen y yo en parte la envidio. Claro, no me mal interpreten no quiero ser como ella pero si quisiera obtener esa confianza que ella proyecta, a ver si así algo en mi vida monótona cambia y logro salir de la rutina.

    El tiempo pasó y mi amiga comenzó a formalizar una relación con un chico llamado Gustavo. ¡¿Dios como puede salir con un hombre que se llame así?! Mi amiga cambio sus actividades nocturnas para poder salir con su nuevo novio, por lo menos así ella le decía. Ese muchacho se veía algo extraño pero no le preste atención, para andar con Gabriela era necesario tener algo extraño. Siempre que me quejaba sobre sus locuras, me decía que era su manera de darle emoción a nuestras vidas opacas. Ella tiene razón, nuestras vidas son opacas y están vacías de sueños inalcanzados, rotos y desilusiones que nos marcaron grandemente. Pero es mucho soñar cuando el mundo está como está.

    Gustavo comenzó a visitarla con más frecuencia al departamento de nosotras y ya me comenzaba a sentir incomoda con su presencia. Sentía el espacio más pequeño y me daba ansiedad siempre que él estaba cerca. Gabriela al parecer sí estaba tomando las cosas enserio con este chico. Realmente había dejado sus jangueos nocturnos en las barras y en los Pup's. Y de repente lo sentí, sentí el celo que yo le tenía a mi amiga y su mil y una manera de amar a los demás, de llenar su vacio, cosa que siempre me pareció sucio ¿pero porque ella lograba lo que se proponía y yo no? Mientras veía como su figura de piel canela se paseaba por la sala en sus pijamas decorativos de besos, caminando hacia su novio quien siempre parecía hechizado por sus encantos, los celos me corroían y no podía contener mis ganas de llorar ante mi patética situación. Sola… ¿me quedare sola toda mi vida aun por haber hecho bien las cosas? Debía intentarlo por lo menos, sonreír más y darme a conocer en el mundo. Quizás usar un poco de maquillaje para acentuar mis ojos que se que son lo mejor que llevo en mi. ¿Practicar caminar coqueta y juguetear con mi pelo?, a ver si así consigo la atención que ando buscando. ¿Qué malo me podría pasar a mí?

    Al día siguiente decidí irme con unos jeans y un blusón que tome prestado a Gabriela para ir a la universidad. Andaba en- taconá como decimos nosotras las mujeres y me había puesto una sombra blanca para resaltar mis ojos azules. Me sentía linda y veía otra yo que no reconocía. Emocionada camine por toda la universidad fijándome en quienes yo lograba que me miraran. ¡Funciona! La gente realmente me mira… ¿pero no será que ahora me estoy dando cuenta de eso? Hice caso omiso y seguí mi rumbo. Al finalizar el día me sentía horrible, con dolor en los pies y con la sensación de tener grasa en la cara. No podía vivir ni un día en los zapatos de Gabriela. Pero la sensación de ser notada me atraía nuevamente, era adictivo.

    Me encontré viviendo la vida de mi amiga, La que tanto envidiaba tener. Mientras el tiempo pasaba, yo sentí como cambie mi vida y quizás no fue de la manera que quería pero me adentre en el mundo de Gabriela y ahora la entiendo por completo, no importa la reputación sino que haces con ella.

    Una noche, conocí este chico llamado Armando, con el cual comencé a salir y pretendía hacerlo hasta que me cansara de él. Quería presentárselo a Gabriela para que me diera su opinión, así que decidí contárselo.

Caminando por la acera de regreso a nuestro apartamento me fije en un nuevo negocio que había abierto cerca de casa, parecía un pub. Me dio curiosidad pero lo continúe para mi casa. Todavía no estaba preparada para ir a sitios así.

    En mi apartamento, me senté en la cama quitándome las botas que le tome prestadas a Gabriela. Descalza camine hasta la cocina, al encender la luz ¡grite! y junto conmigo también gritaron Gustavo y Gabriela.

    -¿Qué estás haciendo?- Le pregunte a Gabriela con la expectativa de que ella me pudiera explicar porque su novio estaba desnudo en la cocina.

    - Pues ¿Qué tú crees que estoy haciendo? Pensé que vendrías más tarde porque todas las noches llegas tarde. Además no puedes pretender que tu nunca lo haría. La casa era virgen y había que des purificarla.- Y con eso se rio.

    - Bueno, pero la próxima vez me puedes avisar antes, tu novio no me atrae para nada para tenerlo por la casa desnudo y yo tener que ligármelo. No es gracioso sabes, no lo es, así que déjate de estar riendo que me molesta.- Y con eso me ríe también pero con disgusto porque todavía era la hora que el novio andaba frente a mi enseñando lo que Dios le dio. Le di una mirada abrupta a la todavía desnudez de Gustavo para que captara el mensaje. Sola las dos en la cocina comenzamos a charlar.

    - ¿Dónde has estado? ¿No es normal en ti llegar tarde todas las noches?- Me preguntó Gabriela con un poco de preocupación en su voz.

    - He salido. Tengo un novio, bueno no se si realmente lo puedo considerar un novio pero salgo con un chico.

    - ¡En serio? ¡Qué bueno! Pero chica como quiera, me asusta pensar que estés por ahí en las calles con tanto peligro.

    - Hay por Dios como si tu no las andarás… además he aprendido bien como cuidarme y ser la persona que quiero ser en verdad.

    - Pues qué bueno que eres la persona que quieres ser, siempre y cuando no cambies tu personalidad. Eres buena y no quisiera que te dañes o que te dañen, además ¿Qué es lo que dices que es diferente?

    - No lo sé, pero me siento así diferente. Es como si hubiera estado durmiendo todo este tiempo y he despertado. Todo esto es por tu ser mi amiga, desperté mi interior, me sacudí el miedo que me detenía y no me dejaba hacer nada. ¿Se nota?

    - Bueno si, pero no sé. Casi no estamos juntas pero ni modo cuéntame de ese chico ¿Cómo se llama?

    - Se llama Armando, lo conocí en el trabajo. Fue a echar gasolina y le parecí una buena persona. Fue varios días corridos a montarme conversación hasta que al fin accedí a salir con el si dejaba de venir con frecuencia a mi trabajo. Parece una historia absurda pero eso me gustó. He podido probar como es tu vida emocionante en la mía y me ha traído buenos resultados.

    - Bueno ya era hora de que te consiguieras un novio ¿pero este chico tiene buenas intenciones? ¿Qué es lo que te ha dicho? Porque si no tiene intenciones de ser tu novio no quiero que te hagas de ilusiones que no se cumplirán. El amor duele, créeme que duele. Pero le doy gracias a Dios que el amor aunque duele también sana y Gustavo llego a mi vida.

    - Sabes hablando claro, él nunca me ha gustado, siento algo mal con él. No sé, tengo una mala espina. Pero puedo equivocarme.

    -Si puedes.- me miro con ironía.

    Con eso se termino nuestra conversación, ya yo estaba en mi cuarto y decida a dormir apague la luz. Ahí tuve un sueño. Las palabras de Gabriela hicieron eco en mi subconsciente. Yo no soy así, de estar por estar con alguien y sentía dentro de mí que estaba haciendo precisamente eso. Tenía que hacer algo, quizás buscar el interés en mí para él. ¿Quién sabe si es él el amor de mi vida y por ciega lo deje pasar? No me lo perdonaría nunca.

    Al próximo día me levante y cuando tuve la oportunidad fui a ver a Armando. Caminando, pensé que hoy era una buena oportunidad para ser feliz y ser quien quiero ser en la vida. Quería demostrarle Armando que yo era mucho más de lo que aparentaba y que quería mucho más. Llegue a su departamento y no lo encontré, llame a su teléfono y no lo contesto. Así que regresando a casa nuevamente de un largo día, sin haber logrado nada. Volví a percatarme del pub "THE BLUE LAGOON". Que nombre más atractivo. Crucé la calle y baje la cuadra para ir al pub. No estaba vestida adecuadamente pero me dejaron entrar como quiera. Entré y la música disco y pop me inundaron los pensamientos y la sensación de ir con el flujo del vaivén del bajo, me perturbo tanto la mente que no sabía si irme o quedarme. Llegue a la barra. Pedí un tequila para calmar mi ansiedad. Me senté y comencé a observar. Era un stripper bar. De repente la música fue cambiando de tono y se volvió más lento. Luces de diferentes tonalidades de azul se posaron sobre la tarima, saliendo vapor y con ruidos de agua, salió un hombre vestido de Tarzán… ¡pero qué escandaloso! Me acerque a la tarima y mientras todos estaban pendiente de el baile yo le miraba la cara, se parecía mucho a alguien que conocía. Cuando me siento en las mesas delanteras saque un billete de mi cartera. El stripper se me acerco, bailándome en la falda. Le coloque el billete en su atuendo y al voltearse le pude ver bien la cara. ¡Era Gustavo, el novio de Gabriela! El también me logro ver la cara pero siguió bailando como si nada hubiera pasado. Continúo con su acto y yo me fui de allí. ¿Lo sabrá mi amiga? No sabía qué hacer si contarle o primero interrogar al Gustavo ese. Me fui del pub ese y corriendo subí las escaleras de mi apartamento, abriendo la puerta estrepitosamente me tope con otra escena escandalosa. Allí en la sala no solamente encontré a Gabriela media desnuda pero encontré Armando besándola. Me pasme, no sabía qué hacer, pero sé que el coraje me inundo y comencé a gritar.

    -¿Qué es esto? ¿Armando que haces aquí… y besándola?

    - ¿Armando? Tú no me dijiste que te llamabas así.- Gabriela me miro con confusión.

    -¿Cómo pudiste? ¿Cómo es que no le dijiste?

    - Por Favor ni que fuéramos santos en la tierra. Además no hay gran diferencia entre tú y tu amiga.- en un tono sofocado en sarcasmo me expresó sin pena alguna, levantándose del sofá y poniéndose la ropa que cubría su desnudez que nunca había podido experimentar conmigo. Me sentí tan enojada por el engaño, pero entendí lo que Gabriela me quiso decir sobre el amor.

- Márchate.- No lograba gritarle por mas dolida que estaba, no encontraba como exigirle así que al cerrar la puerta detrás de él. No le hable a Gabriela sobre lo que sucedió y muchísimo menos de lo de su novio y me fui para el cuarto. Quizás hay mentiras que nos ayudan a que las cosas no duelan tanto. Si no lo hubiera visto me hubiese ilusionado como siempre hago. Las ilusiones son solo eso, sueños y esperanzas vacías. Son falacias creadas en nuestras mentes, expectativas que no se cumplen y para eso mejor continuo mi camino sin ellas.

    Esa noche marcó mi vida. Viví frustrada y molesta conmigo y con mi amiga, quien obtiene todo sin entregar nada. Yo tampoco entregue mi alma y no lo pienso hacer. A cambio entrego mi cuerpo, más de una vez por noche y me satisfago, satisfago a los demás sin discriminación. Me dedico a cumplir las fantasías, las ilusiones de otros y así llego un poco más lejos en cumplir las mías. Voy todas las noches a la barra de "THE BLUE LAGOON" donde vivo todas las noches un personaje diferente y deslumbro a la gente con mi teatro montado. Soy buena en lo que hago. Y cuando me miro al espejo no me encuentro yo sino mi amiga; la puta. Que cada noche sale. Y mi nombre es TAXA CAMARAE.

Me fumo un cigarrillo, llenando de humo azulado la noche que apenas comienza.

1 comentario:

  1. Gracias al Dios de todos y el mio, que me dio algo de talento y por lo menos los profesores de la universidad gustaron de mi cuento, que gano segundo lugar... le agradezco a mis amigos y en especial a Jose por creer en mi aun cuando el mismo duda de el... los quiero y para siempre su seguidora fiel!

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